El tiempo, no perdona y cobra su precio, algunos se han ido, otros se están retirando, duele hacerlo, pero es necesario, los nuevos, necesitan espacio y las facultades mentales se van disminuyendo, esas habilidades quedan en el pasado, duro admitirlo, pero real.
miércoles, 11 de diciembre de 2019
La familia militar
El tiempo, no perdona y cobra su precio, algunos se han ido, otros se están retirando, duele hacerlo, pero es necesario, los nuevos, necesitan espacio y las facultades mentales se van disminuyendo, esas habilidades quedan en el pasado, duro admitirlo, pero real.
viernes, 22 de febrero de 2019
Cincuenta años. Cirugía pediátrica
El Hospital Militar fue mi casa de formacion, lo recuerdo con alegria, mis mejores momentos, buenos amigos y colegas, grato saludar al camillero amigo, al ascensorista que te conoce y recuerda, Lucho de la biblioteca.
viernes, 14 de noviembre de 2014
sábado, 24 de diciembre de 2011
Navidad 2011
domingo, 19 de junio de 2011
Mi coronel

El tiempo pasa, algunas veces para bien. El Dr. Luis carlos Rincón, mi antiguo jefe, ahora debemos llamarlo mi coronel de tres estrellas, consiguió llegar con esfuerzo y méritos. Felicitaciones. Para celebrar su ascenso, sin cepillo. Nos reunimos en el Amarti , un buen lugar para disfrutar un rato con los compañeros de trabajo, (la fotógrafa, parece que los vinillos le hicieron efecto, pero de todas maneras quedó el recuerdo). Los demás invitados no salieron, mis disculpas. El Dr. Jhon Peralta y la Doctora Lina, se quedaron por fuera, igual que la fotógrafa. Se comentaron los progresos del servicio de Cirugía Pediátrica, sus nuevos integrantes, proyectos y metas; quienes ya nos retiramos, continuamos con igual sentimiento de gratitud al Hospital Donde nos formamos, trabajamos y pudimos compartir nuestros esfuerzos, hoya trabajamos en diferentes lugares, pero seguimos vinculados afectivamente. Lo mejor de la vida para el nuevo coronel y que continúen sus éxitos al frente del servicio.
domingo, 1 de mayo de 2011
Puerto López
Hoy primero de Mayo, día del trabajo, no trabajé Volví a Puerto López, un lugar de muchos recuerdos de mi adolescencia, las primeras aventuras de pesca y caza, los primeros negocios de fincas en el llano. Recordé a la abuela, con su frase : "que hace como un guey solo?". Mi amigo Rafael Ruiz Arias, me enseñó a pescar y me dió los primeros indicios del tiro a la perdiz. Recordé los viajes interminables en caminos muy duros, con muchas horas de recorrido. En el fundo del melua, teníamos una cabañita, y cuando llegábamos, la hamaca era el primer elemento que acomodábamos, era el lugar de descanso. No faltaba el llanero, llamado micho por mi socio, disminuía el molesto acoso de los mosquitos. El programa de pesca en el rio melua de noche, era la norma, que barbaridad. Hacíamos tonterías, bucear de noche para sacar un anzuelo enredado. Lo recuerdo como si fuera hoy, esa vez estando en el fondo del pozo me pregunte: que hace usted aquí ? por un anzuelo? o para demostrarle al baquiano que usted también puede hacer lo que él hace. Se olvida que en esos ríos, las anguilas o temblones como los denominábamos existen, las boas y demás cositas. Las esperas en un café en el puerto, tomando tinto mientras nuestro socio llegaba en otro bus. Conseguíamos un carro y viajábamos. Que tiempos cuando la vida era fácil, todo parecía sencillo, éramos capaces de hacer todo. Eso se llama juventud. Todo cambia, la carretera asfaltada, el paso en el río metica no es en planchón, sino por un puente y los bajos ya están con terraplén y asfaltados. Una vez en invierno pasando el río metica, en los bajos unos amigos bebían cerveza a costa de los ingenuos como yo; que les pregunte por donde pasaba el carro y claro, muy atentos me guiaron al hueco y luego me ofrecieron los servicios del tractor, que tenían para cobrar una canasta de cerveza por la sacada. Recordar es vivir, se vuelve a ser joven por momentos, pero la realidad es otra.
viernes, 2 de abril de 2010
Merecido desacanso

Después de muchos años de servicio al Hospital Miliar central y en los últimos al servicio de cirugía pediátrica, Marina Sierra deja su actividad al lograr una merecida jubilación. En el servicio se le dio un pequeño reconocimiento a su labor, sus antiguos residentes y amigos la acompañaron. El jefe Dr. Luis Carlos Rincón y su amigo Dr. Luis Daniel Abril participaron en los regalos; le deseamos lo mejor de la vida y desde aquí le damos las gracias por su apoyo y dedicación a su trabajo, resaltando su lealtad y cumplimiento.