sábado, 24 de diciembre de 2011

Navidad 2011


La reunión del servicio tradicional. Desde los tiempos de Dr. Gabriel Rozo, se continúa haciendo. Siempre se reúnen los especialistas con sus residentes y a veces algún interno. No faltan las bromas, se revisa lo bueno y lo malo, los éxitos y los fracasos, los proyectos terminados y los futuros. Esa ha sido la tradición. En esta oportunidad el tiempo no alcanzó. Llegué tarde, pero mis pensamientos estuvieron presentes. Este servicio de Cirugía pediátrica del Hospital Militar Central, me ha dado mucho, aprendí las primeras letras de la cirugía pediátrica con el Dr. Rozo y luego el final de mi carrera como especialista. Hace un año dejé el servicio. Intento continuar vinculado con los residentes y especialistas actuales. Villavicencio es mi nuevo lugar de trabajo, más tranquilo, buen volumen para mantenerse ocupado y con retos que superar. Un saludo para los doctores: Bernal, Rincón, Peña, Villegas, Luengas y los residentes. Se extrañan las instituciones: Hospital San Ignacio, Hospital Militar Central, Hospital Central de la Policía y los amigos, se recuerdan los buenos y los malos resultados, la suma de todo permite disfrutar de los momentos de soledad y placer como la pesca.

No siempre se logra conseguir el más grande o el más hermoso, pero lo que se coge, es lo que podemos disfrutar. Lugares como esta fuente de agua cristalina, con una buena compañía, mi esposa Judith, Flavio, titán, mi perro, disfrutamos las cosas sencillas de la vida.

domingo, 19 de junio de 2011

Mi coronel


El tiempo pasa, algunas veces para bien. El Dr. Luis carlos Rincón, mi antiguo jefe, ahora debemos llamarlo mi coronel de tres estrellas, consiguió llegar con esfuerzo y méritos. Felicitaciones. Para celebrar su ascenso, sin cepillo. Nos reunimos en el Amarti , un buen lugar para disfrutar un rato con los compañeros de trabajo, (la fotógrafa, parece que los vinillos le hicieron efecto, pero de todas maneras quedó el recuerdo). Los demás invitados no salieron, mis disculpas. El Dr. Jhon Peralta y la Doctora Lina, se quedaron por fuera, igual que la fotógrafa. Se comentaron los progresos del servicio de Cirugía Pediátrica, sus nuevos integrantes, proyectos y metas; quienes ya nos retiramos, continuamos con igual sentimiento de gratitud al Hospital Donde nos formamos, trabajamos y pudimos compartir nuestros esfuerzos, hoya trabajamos en diferentes lugares, pero seguimos vinculados afectivamente. Lo mejor de la vida para el nuevo coronel y que continúen sus éxitos al frente del servicio.

domingo, 1 de mayo de 2011

Puerto López

Hoy primero de Mayo, día del trabajo, no trabajé Volví a Puerto López, un lugar de muchos recuerdos de mi adolescencia, las primeras aventuras de pesca y caza, los primeros negocios de fincas en el llano. Recordé a la abuela, con su frase : "que hace como un guey solo?". Mi amigo Rafael Ruiz Arias, me enseñó a pescar y me dió los primeros indicios del tiro a la perdiz. Recordé los viajes interminables en caminos muy duros, con muchas horas de recorrido. En el fundo del melua, teníamos una cabañita, y cuando llegábamos, la hamaca era el primer elemento que acomodábamos, era el lugar de descanso. No faltaba el llanero, llamado micho por mi socio, disminuía el molesto acoso de los mosquitos. El programa de pesca en el rio melua de noche, era la norma, que barbaridad. Hacíamos tonterías, bucear de noche para sacar un anzuelo enredado. Lo recuerdo como si fuera hoy, esa vez estando en el fondo del pozo me pregunte: que hace usted aquí ? por un anzuelo? o para demostrarle al baquiano que usted también puede hacer lo que él hace. Se olvida que en esos ríos, las anguilas o temblones como los denominábamos existen, las boas y demás cositas. Las esperas en un café en el puerto, tomando tinto mientras nuestro socio llegaba en otro bus. Conseguíamos un carro y viajábamos. Que tiempos cuando la vida era fácil, todo parecía sencillo, éramos capaces de hacer todo. Eso se llama juventud. Todo cambia, la carretera asfaltada, el paso en el río metica no es en planchón, sino por un puente y los bajos ya están con terraplén y asfaltados. Una vez en invierno pasando el río metica, en los bajos unos amigos bebían cerveza a costa de los ingenuos como yo; que les pregunte por donde pasaba el carro y claro, muy atentos me guiaron al hueco y luego me ofrecieron los servicios del tractor, que tenían para cobrar una canasta de cerveza por la sacada. Recordar es vivir, se vuelve a ser joven por momentos, pero la realidad es otra.

Hoy en mi día de descanso, de mi nuevo trabajo en Villavicencio, después de terminar mi ciclo en el Hospital Militar Central y en la Universidad Javeriana, también me hago algunas reflexiones, en mis primeras jornadas de especialista, todo lo veía fácil, no tenía temores, igual que cuando enfrentaba el río melua en las noches.Esto lo digo para mis residentes, que todavía los sigo nombrando así por afecto. En la madures se piensa más antes de actuar